TODO EL MUNDO TIENE UNA HISTORIA QUE CONTAR.

 

Nací en España en 1977, la quinta de una gran familia que vivía en las afueras de Madrid. Mi padre era sastre, y mi madre es ama de casa. Siempre les encantó el cine, de modo que mi amor por el cine y la narración vino desde mis primeros años. 

 

Cuando tenía cinco años, me caí corriendo y tuve una lesión importante en la lengua, que me dejó tres meses sin poder hablar. Recuerdo ahora, ese fue el momento exacto en el que supe que contar historias y la retórica y transmitir era lo que más me gustaba. Nunca dejé de hablar desde entonces.

 

Pero fue durante mi adolescencia cuando me convertí en una lectora voraz. Mi profesora de latín en el instituto, una adorable mujer mayor con apariencia de monja, me recomendó que siguiera una carrera literaria. Desafortunadamente, seguí una carrera de técnico informático - Sí, ya lo sé -. Yo era excelente en matemáticas y ciencias, y todos decían que era una buena opción. Así que lo hice y trabajé en una empresa de telecomunicaciones durante más de siete años, tenía un buen salario, pero me sentía infeliz.

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Todo lo que llamamos malo esconde algo que llamamos bueno. Esa infelicidad me hizo leer todo lo que pude sobre psicología, metafísica y comportamiento humano, lo que me llevó al estado de conciencia en el que me encuentro hoy.

 

Fue a finales de mis 20, precisamente en 2008, cuando decidí, en contra de muchas opiniones, seguir mi pasión por la narración. Siempre escribí y dibujé, y empecé a trabajar en una pequeña productora. Después de eso, empecé a trabajar como Productora de Vídeo y Editora de Vídeo.

 

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Me mudé a México en 2011, y pude trabajar con grandes marcas y crecer en mi carrera como editora y video productora. Mientras tanto, amplié mis conocimientos de Cine y Guion. En 2013, me mudé a los Estados Unidos, donde continué trabajando como Editora y productora de video y siempre escribiendo y dibujando. 

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Después de que mi hija nació en agosto de 2013 y toda la lectura de la hora de dormir, quede fascinada por la narrativa de los libros ilustrados para niños. Me encanta leer, así que para mí es muy importante la calidad del libro infantil para crear futuros lectores. Después de un diploma en ilustraciones de libros infantiles del London Art College, tuve un momento trascendental mientras mi padre fallecía, que me acompaño a escribir e Ilustrar Las zanahorias no son para los loros, mi primer libro ilustrado. 

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Este momento me acompaño a cambiar mis hábitos hacia una forma de alimentación vegetaría, y comencé a colaborar con Beauty Consistency, un blog sin ánimo de lucro centrado en difundir el concepto de belleza con valores de amor y respeto a la vida y a los animales.

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A principios de 2020 tuve otro momento trascendental, una gran conexión con lo que llamamos Dios, Espíritu, inteligencia superior, la fuente, o como queramos definirlo. Ese acontecimiento abrió una puerta sin vuelta atrás y me condujo a un viaje para abrazar y aceptar mi oscuridad más profunda y así permitir que floreciera el amor, la compasión, la gratitud y la creatividad. El resultado fue mi nuevo libro: Blanquecina, la estrella sin luz. 

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Estudios en Metafísica, PNL, psicología, Eneagrama, astrología, y muchas experiencias trascendentales me han acompañado a tener unidad en mi interior, por lo tanto, experimentar la unidad, contribuyendo más a la sociedad con mi propósito, que es inspirar a otros a elevar su conciencia y encontrar armonía y unidad en su interior, contribuyendo así a la evolución humana a través de sus propios propósitos.

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"Cada pieza de arte en cualquier expresión es un fragmento de nosotros conectados con la fuente."

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Mucho amor y luz.

Merri

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